martes, 28 de julio de 2009

Hans Blumenberg


Hans Blumenberg (1920-1996) comienza su monumental Trabajo sobre el mito (1979) con las siguientes palabras: A quien esté harto de los resultados puede que el dominio de la realidad le parezca una ilusión desencantada, un sueño que nunca ha sido digno de ser soñado. Cultivar el hastío y el malestar es algo que prende con facilidad cuando las circunstancias son asumidas como algo natural y no nos damos ya cuenta de en qué circunstancias el vivir experimenta la angustia únicamente en problemas marginales. Las culturas que no han llegado al dominio de su realidad siguen con su sueño y estarían dispuestas a arrebatar su realización a aquellas que creen haber despertado ya del mismo.

¿De qué habla el texto? ¿Qué se entiende por dominio de la realidad y por qué habríamos de estar hartos de sus resultados? ¿Y cuáles son las culturas que estarían dispuestas a arrebatarnos nuestros indignos sueños? Parece claro: Occidente, el primer mundo, es el que aparenta estar harto de las consecuencias de su viejo sueño de dominio. Sin embargo, este hastío cultural no deja de ser una pose estética que nos podemos permitir cuando el dominio sobre nuestra realidad inmediata ya no representa un problema. Pero no siempre ha sido así. De ahí que nos parezca natural algo que en realidad no lo es. El error de óptica de toda crítica cultural consiste en no percibir lo gratuito que resulta minar las bases de algo sin cuya existencia ni siquiera sería posible la crítica. La ironía del texto es patente: mientras soñamos con despertar de una realidad que no nos gusta, la humanidad que aún no ha alcanzado el estado de bienestar daría lo que fuera por estar en nuestro lugar. Y ahora una pregunta retórica: ¿no demuestran los subsaharianos que se dejan la vida en las costas españolas por alcanzar "un mundo mejor" la verdad de esta afirmación?